Tras varios años de debate y de idas y venidas llegamos a lo que parece que es la recta final de las negociaciones, no así de las discusiones. La cuestión es que esta gran primera reforma de la PAC bajo el nuevo procedimiento legislativo ordianrio (antigua codecisión), que pone en pie de igualdad al Consejo y al Parlamento Europeo, ha sido muy rica en cuanto a las discusiones y su transparencia, pero ha demostrado que en la UE, al igual que en muchos otros temas, nos falta visión europeísta. Esto lo digo por varias razones que paso a enumerar:

1. Las reformas sobre la PAC que la Comisión viene proponiendo durante los últimos 20 años han seguido la misma línea, poco ha importado la realidad del sector, su evolución y en cómo se debe adaptar a los nuevos tiempos, exigencias y territorios. La PAC ha pasado a ser una política ambiental por la puerta de atrás y poco tiene que ver con la realidad económica del sector.

2. Como esta dinámica era imparable los Estados han intentado continuamente adaptar una realidad europea, guste o no, a sus propios intereses. Luego cada uno aspira a mantener su cheque y la C de común se convierte en un eufemismo, contamos con 27 PAC y en España, si dejamos a las CCAA con 17 variantes más.

3. El Consejo no se ha adaptado a la nueva situación y está intentando raptar el debate como si la obligación de discutir con el Parlamento fuera una formalidad, intentando hacer ver que para las decisiones de calado solamente son los Estados queines mandan. Realmente no parece que se lo tome en serio.

Y ante todo esto no esperemos que esta semana conozcamos por fin cuánto y cómo cobrarán los perceptores, que herramientas de gestión de mercados de aplicarán y cómo se gestionarán los PDR porque todo este tiempo ha servido par dos cosas, cuánto dinero viene de la UE para España y para abrir el debate en España.