Hemos vuelto de las vacaciones y la DG Agri nos ha obsequiado con la filtración de unos documentos que apuntan a que no van a cambiar mucho respecto a la presentación del 12 de octubre, día de la Hispanidad, de las propuestas de la PAC 2014-2020 que nos tendrán ocupado los próximos 2 años como poco.
Las propuestas, como siempre, no dejan indiferente a nadie, y menos sobre una cuestión donde esta organización lleva más de un lustro luchando, el reequilibrio de la cadena de valor y el instrumento para conseguir este objetivo, las cooperativas u OPs que cumplen la misma función.
Para nuestra sorpresa la Comisión se está metiendo en un jardín y está haciendo caso de aquellos que por ignorancia o por responder a otros objetivos quieren una definición de OP a la carta. Y de esta manera llegamos a la clásica confusión entre instrumento y objetivo, como ha ocurrido cuando las instituciones se llenaron la boca con hablar del libre funcionamiento del mercado como la piedra filosofal y luego se ha demostrado que si no se controla de poco servirá para conseguir los objetivos de la PAC. La Comisión se fija más en la creación de un instrumento OPs y en inventarse sus funciones, que es como descubrir la pólvora, que en buscar soluciones al tan nombrado desequilibrio de la cadena alimentaria en detrimento del sector productor, caracterizado por un escaso de poder comercializador y negociador, que es el objetivo.
En el VIII Congreso de Economía agraria tuve el placer de escuchar muchas cosas de los representantes de la Comisión y del sector académico sobre las funciones de estas nuevas OPs, como gestión medioambiental, política de calidad, etc… y mi pregunta es, ¿y eso en que arregla las relaciones comerciales entre producción y distribución? ¿de qué sirve dar la posibilidad de gestionar mercados a través de estas figuras si no se incentiva una dimensión suficiente y una disciplina entre sus miembros que haga eficaz esa regulación? ¿cómo se saca partido a unas reglas de calidad si al final los que compran los productos imponen sus certificaciones? Una vez más se dice pero se termina olvidando que este sector empresarial vive, como cualquier otro, de la rentabilidad, lo demás es perderse en detalles o instrumentos decorativos que no sirven para lo que fueron creados.
Hemos vuelto de las vacaciones y la DG Agri nos ha obsequiado con la filtración de unos documentos que apuntan a que no van a cambiar mucho respecto a la presentación del 12 de octubre, día de la Hispanidad, de las propuestas de la PAC 2014-2020 que nos tendrán ocupado los próximos 2 años como poco.
Las propuestas, como siempre, no dejan indiferente a nadie, y menos sobre una cuestión donde esta organización lleva más de un lustro luchando, el reequilibrio de la cadena de valor y el instrumento para conseguir este objetivo, las cooperativas u OPs que cumplen la misma función.
Para nuestra sorpresa la Comisión se está metiendo en un jardín y está haciendo caso de aquellos que por ignorancia o por responder a otros objetivos quieren una definición de OP a la carta. Y de esta manera llegamos a la clásica confusión entre instrumento y objetivo, como ha ocurrido cuando las instituciones se llenaron la boca con hablar del libre funcionamiento del mercado como la piedra filosofal y luego se ha demostrado que si no se controla de poco servirá para conseguir los objetivos de la PAC. La Comisión se fija más en la creación de un instrumento OPs y en inventarse sus funciones, que es como descubrir la pólvora, que en buscar soluciones al tan nombrado desequilibrio de la cadena alimentaria en detrimento del sector productor, caracterizado por un escaso de poder comercializador y negociador, que es el objetivo.
En el VIII Congreso de Economía agraria tuve el placer de escuchar muchas cosas de los representantes de la Comisión y del sector académico sobre las funciones de estas nuevas OPs, como gestión medioambiental, política de calidad, etc… y mi pregunta es, ¿y eso en que arregla las relaciones comerciales entre producción y distribución? ¿de qué sirve dar la posibilidad de gestionar mercados a través de estas figuras si no se incentiva una dimensión suficiente y una disciplina entre sus miembros que haga eficaz esa regulación? ¿cómo se saca partido a unas reglas de calidad si al final los que compran los productos imponen sus certificaciones? Una vez más se dice pero se termina olvidando que este sector empresarial vive, como cualquier otro, de la rentabilidad, lo demás es perderse en detalles o instrumentos decorativos que no sirven para lo que fueron creados.