Seattle es una impresionante ciudad costera situada en el noroeste de los EEUU (más al norte ya nos encontramos con Canadá) que integra una moderna urbe emplazada en un entorno físico exuberante de bahías, vegetación y colinas.
Aunque la economía del Estado de Washington tenga un importante arraigo en el sector agroalimentario, nada más y nada menos que el 40%, Seattle es un importante centro de negocios de servicios, de exportación e importación de todo tipo de bienes y es una de las puertas de entrada y salida de los EEUU al mercado asiático. Para hacemos una idea de su importancia, esta ciudad acoge la sede central de muchas empresas multinacionales de las que aporto una muestra para que os hagáis una idea, Amazon, Microsoft o Starbucks, grupo originario de esta ciudad a finales de los años 70.
El programa de visitas fue muy variado y nos dio una idea de la gran preocupación de las instituciones y la ciudadanía de este Estado por las cuestiones medioambientales. De hecho, el cambio climático es una cuestión muy sensible en los EEUU y especialmente en la Costa Oeste. Basta decir que California lleva 7 años de sequía, y en Washington se han registrado las temperaturas más elevadas de su historia durante este año, lo que está teniendo un impacto directo en su sector agrícola y pesquero.
El principal periódico local, Seattle Times con 7 premios Publisher a sus espaldas y nombrado periódico del año en los EEUU en 2012, es un termómetro de esta situación, cuentan con una amplia cobertura de las cuestiones medioambientales, sector agrícola y pesquero, como nos informa uno de sus periodistas, Haln Berton, con el cual tuvimos la oportunidad de conversar. De los cuatro días que estuvimos en Seattle, tres portadas se dedicaron a estas cuestiones.
Esta potencia económica presta mucha atención a la alimentación, y puede decirse que existe cierta obsesión por lo orgánico y los productos de cadenas cortas o comprados directamente a los agricultores. Existe un pintoresco mercado cerca del puerto, Mercado de Pike, muy al estilo de los nuestros pero con mayor actividad turística. Donde hay un nivel adquisitivo medio alto hay mayor tendencia a mercados directos y cadenas cortas, pero no representa, como me reconocieron, sino una pequeña parte de una potente agricultura que cuenta en este estado con más de 300 sectores entre ganaderos y agrícolas, incluyendo un creciente sector del vino (vino español hay poco y los precios son bastante altos, en línea con los demás) y sin olivar, que no lo han tocado por el momento. Sus productos estrellas, aparte de los pesqueros, son las manzanas y peras, frutos del bosque, cerezas y fruta de pepita (nectarinas fundamentalmente), además de contar con una amplia ganadería de leche y ternera.
Sin embargo, EEUU es un país de contrastes, y en una ciudad con tanto movimiento económico llama la atención ver tanta cantidad de personas sin techo que hay por las calles, un 14% de pobreza. Tuvimos la oportunidad de visitar una Asociación de Voluntariado, Norwest Harvest, fundación que posee varios bancos de alimentos dedicados a repartir productos básicos y comidas a los más necesitados sin más requisitos que el de firmar y escribir su nombre, que puede ser ficticio, para evitar la vergüenza o que simplemente no vengan por miedo a ser identificados. En el establecimiento donde tuvimos la oportunidad de repartir alimentos, se distribuyen 1,5 millones de comidas anuales, entre productos manufacturados, frutas y hortalizas, carnes y alimentos para niños. Esta fundación se apoya en acuerdos con grandes cadenas de distribución que donan productos, especialmente aquellos que quedan sin venderse, también muchas PYMES, que son las que más donan, y donaciones de particulares que cuentan con infraestructura propia para la distribución y la logística que requiere el reparto de alimentos. Por otro lado, están relacionados con otros 350 programas de voluntariado similar que también reparten alimentos o dedican sus esfuerzos a otros problemas relacionados con la pobreza, porque como nos indican, los problemas de estas personas van mucho más allá ni se resuelvan con un plato de comida al día.
Para el desarrollo de su actividad participan un centenar de voluntarios que realizan su actividad de manera desinteresada, y se contratan a unas 40 personas, que son las que se encargan de la coordinación y gestión de este importante entramado .
La experiencia fue muy enriquecedora y conmovedora, especialmente cuando uno ve a niños pequeños en la cola acompañando a sus padres y aparentemente inconscientes de la situación que viven. Nos aseguran que no cuentan ni quieren contar con ayudas públicas para conseguir un suministro alejado de burocracia y de trabas para aquellos que ya están en una situación lo suficientemente difícil como para exigirles más sacrificios, es muy duro decirle a una persona que no le vas a darme comida hoy porque no ha traído no sé qué papel, nos recuerda Jennifer Chew, Manager del Programa ¿Si hay fraudes y listos? Por supuesto, pero ese 5% que se aprovecha del sistema no puede hacer dudar de la importante y acucia te necesidad del 95% restante.
Siguiendo con la preocupación social e institucional por la alimentación, el Departamento Estatal de Agricultura de Washington cuenta con un importante programa de alimentación escolar. La comida en los colegios está muy subvencionadas desde el sector público, de hecho es una importante política a nivel federal que sirve, a su vez, para hacer cierta gestión de mercados, puesto que existen compran públicas de grandes cantidades de productos agrícolas con destino a las escuelas. Por ejemplo, la gran proliferación de explotaciones de arándonos ha provocado una sobreproducción que el mercado no absorbe, por lo que el gobierno federal compra una cantidad y lo distribuye por los Estados para su distribución en los programas de alimentación en las escuelas. ¿No os recuerda esto a algo que ocurre en España? Lo digo por lo del exceso de producción y plantaciones cuando algo se pone de moda, lo que no hay en España es un plan de alimentación en las escuelas como este.
Pero no perdamos la perspectiva sobre este atractivo programa y la gestión de mercados. Precisamente la función de la agencia estatal en el Programa de Alimentación en las Escuelas es la de guiar en la compra de productos a los colegios e incentivar unos menús sanos y completos desde el punto de vista nutricional. Luego, ni las cantidades retiradas son importantes para solventar un problema de sobreproducción de un producto, y menos si es estructural, ni existe una decisión política de lo que deben comer o consumir los colegios, porque son ellos quienes deciden dónde y qué comprar. Además, competencia, que también existe en EEUU, está muy atenta para evitar una competencia desleal en la compra de alimentos que cuentan con una amplia subvención pública.
¿Pero por qué este potente programa de alimentación? Existe desde los años 40 y depende de una Agencia Federal, es decir, que es de interés nacional. Bien, la principal razón fue que durante la Segunda Guerra Mundial se alistaban muchos chicos con grandes deficiencias nutricionales y con escasas capacidades físicas para el combate, por lo que se decidió implantar un ambicioso plan de alimentación en las escuelas. Posteriormente se ha potenciado por la necesidad de contar con una población sana y capaz de acceder a grados más elevados de desarrollo, sin importar la capacidad económica de sus padres y potenciando una sociedad competitiva y preparada par incorporarse al mercado de trabajo. El primer razonamiento parece algo desfasado, pero el segundo es una idea muy interesante para vincular sector productor con educación, con nuestros jóvenes, nuestros alimentos y aportar algo desde el sector a la sociedad, pero esto último es una opinión.
Siguiente parada, Licoln, Nebraska (el estado del gigante y rico Warren Buffet). Aquí nos adentraremos en la USA profundamente agrícola y ganadera, y seguro que tienen una opinión muy diferente sobre lo orgánico, los OMG y el medioambiente a lo que hemos escuchado en las costas. O a lo mejor no?
Buena lectura
Seattle es una impresionante ciudad costera situada en el noroeste de los EEUU (más al norte ya nos encontramos con Canadá) que integra una moderna urbe emplazada en un entorno físico exuberante de bahías, vegetación y colinas.
Aunque la economía del Estado de Washington tenga un importante arraigo en el sector agroalimentario, nada más y nada menos que el 40%, Seattle es un importante centro de negocios de servicios, de exportación e importación de todo tipo de bienes y es una de las puertas de entrada y salida de los EEUU al mercado asiático. Para hacemos una idea de su importancia, esta ciudad acoge la sede central de muchas empresas multinacionales de las que aporto una muestra para que os hagáis una idea, Amazon, Microsoft o Starbucks, grupo originario de esta ciudad a finales de los años 70.
El programa de visitas fue muy variado y nos dio una idea de la gran preocupación de las instituciones y la ciudadanía de este Estado por las cuestiones medioambientales. De hecho, el cambio climático es una cuestión muy sensible en los EEUU y especialmente en la Costa Oeste. Basta decir que California lleva 7 años de sequía, y en Washington se han registrado las temperaturas más elevadas de su historia durante este año, lo que está teniendo un impacto directo en su sector agrícola y pesquero.
El principal periódico local, Seattle Times con 7 premios Publisher a sus espaldas y nombrado periódico del año en los EEUU en 2012, es un termómetro de esta situación, cuentan con una amplia cobertura de las cuestiones medioambientales, sector agrícola y pesquero, como nos informa uno de sus periodistas, Haln Berton, con el cual tuvimos la oportunidad de conversar. De los cuatro días que estuvimos en Seattle, tres portadas se dedicaron a estas cuestiones.
Esta potencia económica presta mucha atención a la alimentación, y puede decirse que existe cierta obsesión por lo orgánico y los productos de cadenas cortas o comprados directamente a los agricultores. Existe un pintoresco mercado cerca del puerto, Mercado de Pike, muy al estilo de los nuestros pero con mayor actividad turística. Donde hay un nivel adquisitivo medio alto hay mayor tendencia a mercados directos y cadenas cortas, pero no representa, como me reconocieron, sino una pequeña parte de una potente agricultura que cuenta en este estado con más de 300 sectores entre ganaderos y agrícolas, incluyendo un creciente sector del vino (vino español hay poco y los precios son bastante altos, en línea con los demás) y sin olivar, que no lo han tocado por el momento. Sus productos estrellas, aparte de los pesqueros, son las manzanas y peras, frutos del bosque, cerezas y fruta de pepita (nectarinas fundamentalmente), además de contar con una amplia ganadería de leche y ternera.
Sin embargo, EEUU es un país de contrastes, y en una ciudad con tanto movimiento económico llama la atención ver tanta cantidad de personas sin techo que hay por las calles, un 14% de pobreza. Tuvimos la oportunidad de visitar una Asociación de Voluntariado, Norwest Harvest, fundación que posee varios bancos de alimentos dedicados a repartir productos básicos y comidas a los más necesitados sin más requisitos que el de firmar y escribir su nombre, que puede ser ficticio, para evitar la vergüenza o que simplemente no vengan por miedo a ser identificados. En el establecimiento donde tuvimos la oportunidad de repartir alimentos, se distribuyen 1,5 millones de comidas anuales, entre productos manufacturados, frutas y hortalizas, carnes y alimentos para niños. Esta fundación se apoya en acuerdos con grandes cadenas de distribución que donan productos, especialmente aquellos que quedan sin venderse, también muchas PYMES, que son las que más donan, y donaciones de particulares que cuentan con infraestructura propia para la distribución y la logística que requiere el reparto de alimentos. Por otro lado, están relacionados con otros 350 programas de voluntariado similar que también reparten alimentos o dedican sus esfuerzos a otros problemas relacionados con la pobreza, porque como nos indican, los problemas de estas personas van mucho más allá ni se resuelvan con un plato de comida al día.
Para el desarrollo de su actividad participan un centenar de voluntarios que realizan su actividad de manera desinteresada, y se contratan a unas 40 personas, que son las que se encargan de la coordinación y gestión de este importante entramado .
La experiencia fue muy enriquecedora y conmovedora, especialmente cuando uno ve a niños pequeños en la cola acompañando a sus padres y aparentemente inconscientes de la situación que viven. Nos aseguran que no cuentan ni quieren contar con ayudas públicas para conseguir un suministro alejado de burocracia y de trabas para aquellos que ya están en una situación lo suficientemente difícil como para exigirles más sacrificios, es muy duro decirle a una persona que no le vas a darme comida hoy porque no ha traído no sé qué papel, nos recuerda Jennifer Chew, Manager del Programa ¿Si hay fraudes y listos? Por supuesto, pero ese 5% que se aprovecha del sistema no puede hacer dudar de la importante y acucia te necesidad del 95% restante.
Siguiendo con la preocupación social e institucional por la alimentación, el Departamento Estatal de Agricultura de Washington cuenta con un importante programa de alimentación escolar. La comida en los colegios está muy subvencionadas desde el sector público, de hecho es una importante política a nivel federal que sirve, a su vez, para hacer cierta gestión de mercados, puesto que existen compran públicas de grandes cantidades de productos agrícolas con destino a las escuelas. Por ejemplo, la gran proliferación de explotaciones de arándonos ha provocado una sobreproducción que el mercado no absorbe, por lo que el gobierno federal compra una cantidad y lo distribuye por los Estados para su distribución en los programas de alimentación en las escuelas. ¿No os recuerda esto a algo que ocurre en España? Lo digo por lo del exceso de producción y plantaciones cuando algo se pone de moda, lo que no hay en España es un plan de alimentación en las escuelas como este.
Pero no perdamos la perspectiva sobre este atractivo programa y la gestión de mercados. Precisamente la función de la agencia estatal en el Programa de Alimentación en las Escuelas es la de guiar en la compra de productos a los colegios e incentivar unos menús sanos y completos desde el punto de vista nutricional. Luego, ni las cantidades retiradas son importantes para solventar un problema de sobreproducción de un producto, y menos si es estructural, ni existe una decisión política de lo que deben comer o consumir los colegios, porque son ellos quienes deciden dónde y qué comprar. Además, competencia, que también existe en EEUU, está muy atenta para evitar una competencia desleal en la compra de alimentos que cuentan con una amplia subvención pública.
¿Pero por qué este potente programa de alimentación? Existe desde los años 40 y depende de una Agencia Federal, es decir, que es de interés nacional. Bien, la principal razón fue que durante la Segunda Guerra Mundial se alistaban muchos chicos con grandes deficiencias nutricionales y con escasas capacidades físicas para el combate, por lo que se decidió implantar un ambicioso plan de alimentación en las escuelas. Posteriormente se ha potenciado por la necesidad de contar con una población sana y capaz de acceder a grados más elevados de desarrollo, sin importar la capacidad económica de sus padres y potenciando una sociedad competitiva y preparada par incorporarse al mercado de trabajo. El primer razonamiento parece algo desfasado, pero el segundo es una idea muy interesante para vincular sector productor con educación, con nuestros jóvenes, nuestros alimentos y aportar algo desde el sector a la sociedad, pero esto último es una opinión.
Siguiente parada, Licoln, Nebraska (el estado del gigante y rico Warren Buffet). Aquí nos adentraremos en la USA profundamente agrícola y ganadera, y seguro que tienen una opinión muy diferente sobre lo orgánico, los OMG y el medioambiente a lo que hemos escuchado en las costas. O a lo mejor no?
Buena lectura